Las danesas marcan tendencia con un estilo que resulta
atrapante para el mundo fashion por su perfecto equilibrio entre delicadeza y
comodidad.
Se trata de una filosofía que los daneses tejen desde hace
años, y que hoy se ha vuelto tendencia, con una decena de libros publicados
sobre el tema, y casi dos millones de hashtags en Instagram.
Hygge es un término difícil de traducir, podría entenderse
como la búsqueda de "lo acogedor", "el placer de lo simple"
o "disfrutar plenamente un momento".
Si se le pregunta a un danés que es hygge, nos dirá: “sentarse
frente a la chimenea en una noche fría, mientras bebes un vino caliente con azúcar
y especias y acaricias a tu perro sentado a tu lado”
El origen tiene su base en las condiciones climáticas adversas
de los daneses que los han obligado a hacer sus vidas hogareñas lo más
atractivas posible.
Todas escenas de lo más cotidianas, pero precisamente ahí
radica la magia. Ellos supieron otorgarles el valor que realmente tienen: son
aquellos instantes los que hacen a la felicidad. No en vano, son la población
más feliz del mundo desde 2012, según el World Happiness Report.
Se pronuncia “hu-ga” y es una actitud total ante la vida.
Esta forma de vida también trascendió al mundo de la moda
femenina.
La moda danesa actual se desprende de este concepto y el
resultado es tendencia. El lema es "sentirse como en casa" y que el
cuerpo pueda moverse con libertad, sin perder el estilo y de manera refinada.
La idea es usar prendas cómodas y acogedoras, como cuando
una se pone esa remera que tiene tan buen algodón que da placer.
En ese sentido, las pistas principales para dar con la
consigna son: comprarse la ropa un talle más grande que el correspondiente,
usar colores claros como el manteca, hueso, blanco y tostados, y siempre elegir
texturas extremadamente suaves, de esas que parecen un mimo para la piel.
Claro, porque el estilo hygge cuestiona a la moda apretada e
incómoda, y propone sentirse libre adentro de la ropa, que no pinche, que no
sea un color de esos que estresan a la vista, y que acompañe el modo personal
de cada día.
Los siete mandamientos
1. Llevarás volumen en la parte superior de tu equipo: la
combinación de tejidos a mano como un suéter de lana, un cárdigan o un poncho
en la parte superior, con unos leggings negros es hygge. Y si el tejido es
extra grande, mejor. Eso sí, voluminoso no quiere decir descuidado.
2. Nunca pasarás frío: un must de esta tendencia es jamás
pasar frío a costa de estar a la moda. Animarse al tejido de punto en una
calza, en el suéter, e incluso en los pies, todo junto, es una propuesta
canchera y a la vez ideal para el invierno. También, ahora que se usan los
pantalones cortados a la altura de los tobillos, unas medias de lana para
abrigar esa zona o unos suecos forrados con piel resultan ideales.
3. Usarás muchas capas de ropa: para el hygge, resulta
práctico poder ir sacando o poniendo prendas, según la temperatura de cada
lugar. Un buzo con capucha debajo de una campera bomber siempre será una
combinación exitosa para las danesas.
4. Combinarás con simpleza colores lisos: en invierno, a
muchas les resulta tedioso tener que combinar tantas prendas. La practicidad
danesa propone el uso de colores lisos y el look monocromo de pies a cabeza,
para evitarse el trabajo de combinarlos.
5. Extenderás tus mangas: las bloggers vienen presumiendo
mangas maximalistas desde hace varias temporadas, y cada vez son más audaces
con esto. En los abrigos y tapados, en las camisas y hasta en una campera de
jean, las mangas sobre las manos son una posibilidad más para la comodidad
según las danesas.
6. Tomarás con elegancia el look deportivo: una moda hygge
es íntima amiga de la tendencia sporty, que se usó en los últimos años y
resulta ser de las más cómodas de la historia. Los pantalones cortos o largos
de seda, van con buzo con capucha o blazer, y unas zapatillas son grandes
aliados.
7. Harás que parezca effortless: la llave para vestir al
mejor estilo escandinavo es hacerlo parecer fácil, muy fácil. Se logra con
detalles como una cartera cruzada, la campera sobre los hombros o un vestido
sobre una remera. Pero fundamentalmente, estando cómoda.
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