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Esto, junto a las responsabilidades del día a día hacen que tener un momento para relajarse y estar únicamente con uno mismo, sea imposible. El stress generado nos impiden disfrutar plenamente y estar tranquilos.
De aquí surgen las tendencias europeas para combatir este sentimiento de agobio, las cuales comentamos a continuación:
1) Lagom: solo lo indispensable
La palabra significa "tan bueno como debería ser"
o "la medida justa". Para entender la verdadera esencia del lagom
podríamos decir que el objetivo es alcanzar un estado de máxima naturalidad y
mínimo esfuerzo. Su origen se remonta a los pueblos vikingos, y fue transmitida
de generación en generación la idea de formar parte de un equipo y de dar lo
justo para recibir exactamente lo mismo de los demás.
¿Cómo lo puedo aplicar?
Un ejemplo sencillo es a la hora de ir a hacer las compras.
Fijarse en lo que realmente se necesita en vez de los deseos.
En el plano social y emocional, aprender a escuchar más y
respetar, al mismo tiempo que escuchar lo que realmente quiere uno y no lo que
impone la sociedad.
Para tener una vida saludable, encontrar lo que nos hace
bien a nosotros y en qué medida nos beneficia. Sobre entrenar o cuidarse
demasiado puede generar un estilo de vida no sostenible en el tiempo, con
consecuencias peores.
2) Nesting, la vuelta al hogar
Esta palabra significa anidar. La tendencia busca generar un
lugar donde sea grato volver, donde se puedan dejar las preocupaciones externas
afuera y donde se pueda disfrutar de las actividades cotidianas caseras y de
los momentos de paz.¿Cómo lo puedo aplicar?
Una de las claves está en elegir quedarnos puertas adentro, junto a las personas que elegimos o en soledad, aun cuando sea fin de semana y tengamos mil planes tentadores.
Cocinar, leer, escribir, hasta aburrirse cuenta. Cualquier
cosa que haga quedarnos con gusto.
3) Hygge: la felicidad danesa
Esta expresión tiene varias formas de entenderla: la
felicidad en las pequeñas cosas, el arte de crear intimidad, el confort del
alma. Para muchos es un misterio cómo los daneses son los más felices del mundo
(ya que tienen un clima horrible y uno de los regímenes impositivos más altos).
Sin embargo, ellos transforman ese modelo en una riqueza colectiva de
bienestar: no están pagando impuestos, sino invirtiendo en calidad de vida.
¿Cómo aplicarlo?
El manifiesto hygge pregona la presencia, disfrutar del aquí
y ahora. Darnos espacios de placer sin culpa: un buen café, un chocolate, una
torta el fin de semana.
Los fines de semana son para pasarlos en familia y darnos
gustos después de una semana de trabajo.
Además, estos días ni se les ocurre trabajar, y los días de
semana lo hacen hasta las 17.30 únicamente.
Por último, enfocar en las experiencias: a la hora de
comprar, no se trata solo de adquirir algo, sino disfrutar el proceso. Que
vestirnos no sea estar de moda, sino informal y cómodo, con estilo, pero sin
estridencias. Las casas son las sedes de las experiencias hygge: el diseño de
interior es una obsesión para los daneses y ahí está la clave.
Inspirado en el texto de Josefina Marcuzzi
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