Las personas que tienen una relación de pareja feliz y
estable son más propensos a aumentar de peso, según revela un estudio de la
Universidad australiana de Queensland.
Éste estudio comprobó que algunas personas aumentaron hasta
10 kilos después de haber asumido una relación estable. Según los científicos,
el problema parece ser que cuando somos felices en una relación, nuestro
apetito aumenta.
En principio, muchas parejas que comienzan a conocerse
normalmente frecuentan bares y restaurantes como primeras salidas juntos. Luego
de ese período de enamoramiento, el picoteo, las grandes cenas en casa, o pasar
fines de semana mirando películas y comiendo helado en el sofá, son algunos de
los programas preferidos de las parejas.
Estas actividades pasivas y la cantidad de comida que
ingieren juntos, son las claves del aumento de peso.
Otro punto es que las parejas felices y satisfechas, saben
que atraen a su pareja no sólo por cuestiones estéticas, y ésto les da
tranquilidad a la hora de dejarse ir con la comida.
Las parejas ganan peso en 3 etapas de la relación:
– El período de relax que sigue a la sensación de
enamoramiento intenso.
– Las discusiones y peleas
– El embarazo
Las parejas enamoradas tienden a comer de más. El estudio
demostró que cuando se come acompañado, se ingieren en promedio 35% más de
alimentos de lo normal.
Además, la alimentación está ligada a los sentidos y a los
vínculos, que son dos aspectos que se estimulan cuando se está en pareja.
Las parejas que conviven también engordan, en especial las
mujeres, ya que al cocinar juntos todas las comidas, se deja de lado el hecho
de que las necesidades calóricas de las mujeres no son las mismas que la de los
hombres. Muchas mujeres cambian completamente sus hábitos alimentarios,
comiendo cosas que incluso antes de la vida en pareja no les gustaban.
Las mujeres que conviven con sus parejas también desarrollan
una distorción del tamaño de las porciones que ingieren, y muchas de ellas
admitieron comer la misma cantidad que su pareja, o incluso porciones más
grandes.
Por otra parte en estudios realizados por la Universidad
Metodista del Sur en Dallas se observó a un grupo de parejas y se pudo
determinar que las parejas más felices eran las más propensas a subir de peso
en relación a las que no eran tan felices. Se podría decir que cuando la pareja
está en la fase inicial de una relación se esfuerzan por verse muy bien, pero
al consolidar la relación dejan de cuidarse y por lo tanto suben de peso.
Realmente lo que sucede está relacionado con los hábitos, ya
que después de tener una relación estable el 30% de las parejas afirmaban que
preferían quedarse en casa para pasar el rato en vez de realizar alguna
actividad física y el 20% prefería salir a cenar todas las noches consumiendo
alimentos altos en harinas y grasas.
Otro estudio realizado por la Universidad Metodista del Sur
realizado a 160 parejas pudo determinar que las parejas que no vivían en
armonía no aumentaban mucho de peso, siendo los divorciados los que en mejor
forma se encontraban.
A la final los factores como la alimentación y la falta de
ejercicio no son los únicos relacionados con el aumento de peso de las
personas. Se puede ser feliz sin aumentar de peso solo hay que proponerse a
mantener buenos hábitos y no caer en un estado de confort que de alguna forma
pueda afectar la salud por un aumento de peso indeseado.
El peso de las personas siempre se relaciona al tipo de
dieta que la esta ingiera en su vida diaria, así como también a la cantidad de
ejercicio practicado a lo largo de la semana. En líneas generales las personas
que cuidan su alimentación y mantienen una rutina de ejercicios regular tienen
más posibilidades de mantenerse en un peso ideal.
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